30/9/07

Planchando la casa

Los demonios han planchado la casa
y se han retirado
dejando al loco estallando en carcajadas,
iluminando mis lágrimas con antorchas en la distancia,
pero nadie me ve
y, otra vez, el cansancio.

Y el escudo sonriendo, abriendo labios de luna,
sobre todo en sueños, donde nosotros somos amantes
y los muertos me besan y me abrazan mostrándome cariño.

Pero al despertar la furia del loco nos separa,
y te muestras insensible,
atrayendo con tu saliva todos los peligros que me aterran,
y yo soy un hombre de hierba, enraizado al suelo de mi habitación,
contemplando los jardines derrumbándose en el horizonte.

Perdóname,
merezco que me azoten,
mereces que te azoten
por construir murallas de plomo en los tintes del busto.

Yo todo lo registro como un pintor cuya paleta son dolores
y cuando te hago daño, del dorso de mi mano cae un río.

Quisiera ser renovado y puro como un huevo humeante,
pero poseo demasiadas serpientes en los cajones.

Siento que debo cambiarme de traje y marcharme,
para enterrar la fruta azul en el sexo de mi madre.
Y que tú busques el calor de las amebas,
en los juegos gráciles y estúpidos que adormecen la tarde.




Cristián Biel

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un poema que muestra tu sensibilidad y dolor, por los hechos que has vivido. En él aparecen imágenes muy vívidas como cuando las manos lloran pues de ellas caen un río. TOdos podemos enloquecer alguna vez, pero hay algunos que siempre están locos. En la antig*uedad se les operaba de una piedra en la cabeza, y por ello, se extraía la locura de esa forma. Ahora la locura se sana con semillas que tengo guardadas en un armario.

Anónimo dijo...

Cristian, esto debe de ser la perfección del dolor, lo sagrado, lo que te desviste de nombres. Es apoteósico.

rubencin dijo...

...contemplando los jardines derrumbándose en el horizonte.
¡Vaya ,que bonito !Y el título es genial !...Espero no estar escribiendo en un Blog de muertos.